Aunque el plan de entrenamiento para Valencia no arrancará
hasta primeros de Agosto, es el momento de ir estableciendo rutinas previas que
vayan estimulando mente y músculos.
Si bien no he parado en las últimas semanas, he ido un poco
a mi bola, “a demanda”, y eso ha motivado recuperar algún que otro kilo y
albergar la sensación de un paso atrás después de todo lo caminado. Esto
último, finalmente, y una vez retomado cierto hábito de entreno, parece que no
es tan grave como pensaba.
4 entrenos esta semana que han sido más que suficientes para
establecer el punto de partida para comenzar con los nuevos objetivos. Quedan
de manifiesto 2 aspectos a tener en cuenta: El estado físico de partida es
bueno, mi cuerpo ha asimilado la carga progresiva de esfuerzo y no me he
resentido más que lo habitual en estos casos, un poco de sobrecarga al inicio
de la semana y poco más. La otra parte es la que me preocupa un poco más. A
estas alturas del año los entrenamientos resultan mucho más agotadores. El
calor y la humedad ya hacen mella, y será un hándicap de cara a los próximos
hitos.
Durante los primeros 6K me encontré muy cómodo
coqueteando con los 4’30’’. Finalmente tuve que apretar un poco los dientes,
motivado por el ligero ascenso del último tramo y la fatiga acumulada de tan
alto ritmo, excesivo aún. Pulsaciones muy altas y fatiga final. Lógico de
momento, pero ahí está el próximo reto hasta Agosto. Conseguir una mejor marca
en los 10K que aún tengo por definir. Hasta ahora nunca los había hecho en 45’,
así que, como cada zancada cuenta, hay mucho margen de mejora.